martes, 24 de abril de 2012

Papá, tú que lo viviste.

Ahora es cuando el aneurisma provocado por la crisis nos acaba de estallar en la cara manchándonos a todos de deuda fresca los bolsillos, de primera calidad oiga. Me apellido Jiménez y no Luca de Tena, ni Montes de Oca , ni De Campoamor y Bellido, es decir, no puedo estudiar, ahora estudia quien tiene apellido y quien no, al bar o a descargar camiones que bastantes extranjeros hay haciéndolo y pocos proletarios, ya decía yo que eso de la hoz y el martillo no podía ser solo simbólico, ahora va a haber que cogerlo señores, y es que papá quiero hacer medicina, pues hijo, toma una hoz y disecciona parras, porque no hay dinero para eso.
El país está bajo cero, pero tan bajo cero que ni al sol le apetece dar la cara para darnos un rayo de luz, algo de esperanza. Hace frío, demasiado frío algunas veces, para ser abril es un poco raro, aun hay nieve en muchas cimas y es normal porque la sociedad está petrificada con tantísima miseria.
Las caricias están criogenizadas y en muchas familias las sonrisas fueron un invitado de ida y vuelta, ahora apreciamos que las sábanas tienen más arrugas cuando nos levantamos, porque total para lo que hay que ver....mejor cerrar los ojos y seguir soñando.
El país de los logros, sanidad pública, educación pública, ahora ya medio camufladas en la utopía y como una buena cabaretera, enseñando una pierna detrás del biombo para sugerir que aún la podemos rescatar, aunque agonice en la última nota de una canción de adiós.
Ahora te cuento esto hijo porque hubo una vez que cuando le dije a mi padre papá, tú que lo viste, siempre me contestaba: espero que tú no lo veas nunca hijo. Pero no contento le replicaba: ¿pero quién es él? ¿tan duro era?
Y él me dijo que la sociedad estaba helada, las caricias no sabían a nada porque las manos estaban tatuadas de sabañones, que era el único tatuaje que te recordaba tu condición social, que las sábanas mortificaban las ganas de soñar y te dormías entre escalofríos, ese frío le reflejaba en su atmósfera lo que estaba viviendo, me decia.
y yo fui el que vió nacer el calor, los hombres y mujeres que trajeron el fuego, mis padres, tus abuelos. Los que me permitieron ver, que al fin y al cabo, no se estaba tan mal como decían.
Ya es hora de dormir hijo, donde hubo alegría, ahora hay recuerdo....
Donde hubo calor, ahora vuelve a hacer frio.

Hijo, tú que lo estás viviendo....


Jorge Jiménez Clemente.
Estudiante de Medicina.
20/04/2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario